Más de 2.500 estudiantes provenientes de contextos de alta vulnerabilidad social estudian y se forman integralmente en los cuatro colegios gratuitos de la Fundación, parte de la Red Educacional Ignaciana (REI). Complementario a la formación académica, estas comunidades ofrecen a los escolares diferentes espacios que les permiten desarrollar otras competencias y habilidades para este siglo XXI, a través de talleres como: música, deportes, formación pastoral, robótica y ecología, entre otros.

Surgió como plataforma para la acción de la Comunidad Jesuita en Tirúa, que desde el año 2000 habita en la zona con el propósito servir de puente entre el mundo mapuche y el no mapuche e ir generando espacios de colaboración, de apoyo social, económico y pastoral a las personas, familias y comunidades de escasos recursos de esta comuna del Biobío, donde el índice de pobreza supera con creces el 20%.

Nació en el año 2000 para luchar por una sociedad más humana, acogedora e intercultural en la que nos reconozcamos como iguales en dignidad y derechos independiente de nuestro lugar de origen. Posee sedes en Santiago y en las regiones de Antofagasta, Tarapacá y de Arica y Parinacota, desde donde se desarrollan tareas de ayuda y orientación legal, programas de fomento a la interculturalidad en escuelas, entrega de ayuda humanitaria y social (acceso a derechos), entre otros.

Surgió en 1997 en Curanilahue, Región del Biobío, con el fin de acompañar y servir a familias que viven en situación de precariedad habitacional. Esta realidad sigue vigente y más de 81 mil familias viven en la actualidad en campamentos prácticamente sin servicios de agua potable ni alcantarillado y la mayoría con conexiones eléctricas informales.

Creada en 1970, ha atendido en su programa de rehabilitación integral a más de 4 mil personas de entre 18 y 70 años que han adquirido una discapacidad física a raíz de una lesión medular, un accidente cerebro vascular, amputación, etc., y que se encuentran en situación de pobreza o vulnerabilidad. Su foco es la plena reinserción familiar, laboral y social de las personas con discapacidad.

Busca que la obra de San Alberto trascienda y se encarne en el siglo XXI. Hoy más que nunca, su acción y pensamiento tienen profundo sentido. La Fundación se organiza en dos ámbitos: Pastoral y Extensión. Desde ahí moviliza contenidos, proyectos y una propuesta integral que permite traer al presente el legado amplio y comprometido con la dignidad de las personas, propósito por el que siempre trabajó el P. Hurtado.

Se fundó en 1993 en la zona norponiente de Santiago con el fin de dar respuesta a múltiples y urgentes necesidades de los vecinos del sector. Sus líneas de acción son Educación (primera infancia), Inclusión (personas con discapacidad y adultos mayores), y Rehabilitación de drogas; las que apuntan al pleno desarrollo, a la transformación, de las personas y a la reconstrucción de sus vidas.

Desde 1984 ha acercado la espiritualidad ignaciana a personas e instituciones, ofreciendo vivir la experiencia de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio en sus distintas modalidades. Imparte talleres, programas y diplomados de carácter psicológico-espiritual ayudando a las personas a descubrirse a sí mismas y orientando sus vidas al servicio a los demás. Realiza retiros y encuentros ignacianos.

Formar y capacitar trabajadores y trabajadoras en situación de vulnerabi lidad social y laboral, impulsar su organización y empoderamiento, además de generar espacios de diálogo y reflexión con miras a promover políticas públicas que permitan el reconocimiento de la ciudadanía y dignidad de todo trabajador pobre de Chile.

Desde 2009, un grupo de médicos de la UC y la Universidad de Chile, colaboran para mejorar la atención en salud del Chad, uno de los países más pobres del mundo, lo que ha permitido generar programas de desarrollo de habilidades sanitarias en terreno para profesionales chadianos, y realizar operativos de salud en Yamena, ampliando el aprendizaje de estudiantes y especialistas chilenos y chadianos.